Disciplina positiva: sentimiento de pertenencia familiar

12 de junio de 2018

La disciplina positiva es una forma de educación basada en el amor, respeto, comunicación, entendimiento y empatía entre adulto y niñ@. Trata también de entender el comportamiento del niñ@ proporcionando las herramientas necesarias a los padres o adultos que educan a los peques para reconducir las conductas de forma positiva, con empatía y respeto.

Como madre de día, considero que hay tres fundamentos importantes en disciplina positiva:

  • Relaciones horizontales: respeto mutuo. Los niñ@s deben respetar a los adultos de la misma forma que los adultos respetan al niñ@.
  • Respetar la autonomía del niñ@: Necesita sentirse capaz de decidir cosas y realizar tareas por si mism@, por lo que corresponde al adulto tener una actitud de confianza en sus capacidades.
  • Comunidad: Sentimiento de pertenencia a un grupo. En los tres primeros años de vida su grupo de interacción principal es su familia, por lo que necesita saber que es un miembro valioso dentro de su familia.

En post anteriores he hablado sobre la importancia de las relaciones horizontales entre adultos y peques y de la necesidad de independencia del niñ@.

Nos centramos ahora en el tercer fundamento, el del sentimiento de comunidad o pertenencia al grupo. Las personas desde que somos bebés buscamos una conexión con las personas mas cercanas, normalmente los padres. Y esta conexión es en realidad la necesidad del niñ@ de pertenencia e importancia dentro de su grupo familiar.

Durante los tres primeros años su principal necesidad es sentir ese afecto familiar, además de confianza, atención plena, respeto, comunicación tranquila y entendimiento por parte de sus papás. La familia es el primer grupo de interacción, donde se forma el apego seguro que dará lugar a establecer adecuadas relaciones posteriores con sus iguales, su amig@s.

Cuando el bebé ya tiene asimilado que es una persona separada de sus padres comienza la etapa de la independencia, en la cual el peque busca reafirmar que es independiente y puede realizar cosas por si mismo. Esto se junta con una mayor necesidad de corroborar que es un miembro valioso y respetado dentro de su familia.

Muchas veces cuando los niñ@s están en esta fase mas fuerte de independencia y pertenencia (alrededor de los dos años) tienen unas conductas que no entienden los padres. La tendencia habitual es la negación, el enfado, frustración, »rabietas»…y esto sucede muchísimas veces porque el peque busca continuamente pertenecer a su grupo familiar y que nos se le menosprecie por ser el peque de la familia o »el último mono»

Os pondré algunos ejemplos en los que los niñ@s sienten que están perdiendo la conexión con su familia:

  • Mamá no para de hablar con la vecina, yo no me entero de nada y mamá ya no me presta atención. Me tiro al suelo, pataleo, hago todo lo posible para que mamá me atienda, pero ella solo me dice…no seas pesad@, que estoy hablando… Me enfado. No pertenezco.
  • Estoy jugando con papá y mamá y llega mi tío. Qué content@ estoy! pero mama y papá ya no están exclusivamente para mi…Tiro todos mis juguetes al suelo. No pertenezco
  • Mamá tiene un bebé en su tripa. Me dice que voy a tener un hermanit@, que guay! …. Hace días el bebé llegó a casa…y el bebé esta en brazos siempre. Le pido a mama que me coja y me dice que no puede. Me pongo furioso, me enfado. Ya no pertenezco.

Debemos pues intentar reconducir estas situaciones con paciencia, con empatía, hacerle ver al niñ@ que entendemos su posición, que le tenemos en cuenta para todo y le respetamos.

Nos vemos en el siguiente post. Saludos a tod@s;-)

Compartir:

Formulario de contacto